El Poder de la Comunicación No Verbal: Mi Historia
Descubre cómo la comunicación no verbal transformó mi carrera y cómo puede hacer lo mismo por ti.
6/8/20242 min read


Gracias a ese libro, conseguí mi puesto de trabajo.
Hace algunos años, me encontraba en una situación crucial en mi carrera. Cambiaba de profesión y había trabajado incansablemente para conseguir una reunión con el CEO de una empresa líder en la industria de la investigación privada. Sabía que esta oportunidad podría cambiar el rumbo de mi carrera, pero había un pequeño problema: me aterraba la idea de no ser lo suficientemente convincente. Tenía 23 años y poca experiencia.
El día de la reunión llegó. Al entrar a la sala, sentí un nudo en el estómago, pero sabía que tenía que mantener la compostura. Me recordé a mí mismo la importancia de la comunicación no verbal, algo que había aprendido de uno de los libros más vendidos del mundo, que compré en mi viaje a Colombia. (¡Qué paraíso Colombia! Recuerdo que me compré el libro en un supermercado típico y me fui a una cafetería a leer. Cuando me di cuenta, habían pasado 3 horas... pero volvamos al tema). Y entonces, todo cambió.
Claves de la Comunicación No Verbal:
Mantén una Postura Abierta y Relajada: Evita encorvarte o cruzar los brazos, proyectando confianza y accesibilidad.
Haz Contacto Visual Regular: Esto ayuda a conectar y mostrar compromiso con la conversación.
Utiliza Gestos Naturales al Hablar: Añade autenticidad y pasión a tu discurso.
Inclínate Ligeramente hacia Adelante: Muestra interés en los comentarios y opiniones de los demás.
Sonríe Genuinamente: Muestra amabilidad y empatía en los momentos adecuados.
Cuando entré en la sala, me aseguré de mantener una postura abierta y relajada. Evité encorvarme o cruzar los brazos, lo que me ayudó a proyectar confianza y accesibilidad. Mientras hablaba, mantuve un contacto visual regular, ayudando a conectar con el CEO y demostrar que estaba plenamente comprometido con la conversación. Su lenguaje corporal empezó a reflejar el mío. Estábamos en sintonía.
Utilicé gestos naturales para enfatizar mis puntos clave. Esto añadió un nivel de autenticidad y pasión a mi discurso que las palabras solas no podrían haber transmitido. A medida que la conversación avanzaba, me incliné ligeramente hacia adelante. Este simple gesto demostró que estaba profundamente interesado en sus comentarios y opiniones, lo cual facilitó una conversación más abierta y sincera. Y por último, no subestimé el poder de una sonrisa genuina. Durante la reunión, sonreí en los momentos adecuados para mostrar amabilidad y empatía.
Al final de la reunión, sentí que había establecido una conexión con el ejecutivo. Unos días después, recibí una llamada confirmando que querían seguir adelante con mi propuesta. Fue en ese momento cuando comprendí el verdadero poder de la comunicación no verbal.
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